Biografía de Gisela
Gisela Inés García Casillas nació en Bayamón Puerto Rico el 16 de febrero del 1973. Comenzó su trayectoria musical a temprana edad en el coro de su escuela elemental, bajo la dirección de la Prof. Lydia Morales, y en el coro de niños de la Iglesia. Un tiempo después inició estudios en flauta y piano con los profesores Freddy Miranda y Ángel Román, respectivamente. Algunos años más tarde ingresó al Programa Especial de Cuerdas para niños del Conservatorio de Música de Puerto Rico, en donde estudió violín con la Prof. Cheryl Trace, y posteriormente a insistencias del maestro Jaime Medina, se dedicó al estudio de viola con el Prof. Francisco Figueroa. Desde entonces la viola fue su compañera hasta el final. A los 11 años entró a la Libre de Música Ernesto Ramos Antonini de San Juan, donde se destacó como instrumentista y coralista. En 1989 participó del “Eastern Music Festival” en Greensbror, North Carolina, en donde recibió entrenamiento intensivo en repertorio orquestal y ejecución. Se graduó con altos honores de la escuela superior en el año 1990, recibiendo las medallas de Coro y Viola. En ese mismo año recibió el diploma de Viola y, Teoría y Solfeo del Programa Especial de Cuerdas para niños.
Al graduarse de la escuela superior ingresa a la Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico y comienza estudios en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, bajo la tutela del maestro Guillermo Figueroa. Siendo aún estudiante en el Conservatorio, Gisela comienza a destacarse como maestra de música al servir como la primera directora de la orquesta del Programa de Orquesta Sinfónica Juveniles en el Residencial Villa España. En mayo de 1995 obtiene el Bachillerato en Música con Concentración en Viola y obtiene la medalla Arturo Somohano del Conservatorio.
Una vez termina su bachillerato decide proseguir estudios graduados en la Escuela de Educación de New York University y comienza a estudiar con la profesora de viola, Anastasia Solberg. En el verano del año 1996 tomó el primero de muchos adiestramientos en la Filosofía Suzuki en Hartt School of Music, en la ciudad de Hartford. Encontró en este método respuestas a sus inquietudes respecto a la enseñanza de la música a los niños. Enseñar música era más que hacer virtuosos; era hacer de los niños y niñas mejores seres humanos. Con este nuevo descubrimiento se transfiere a la escuela de música Temple University, en donde obtiene su grado de Maestría en Música con especialidad de Pedagogía de Cuerdas (violín/viola). Durante su estadía en Philadelphia trabajó como profesora de violín y viola en el AMLA School of Music, y como maestra de viola y directora de la Orquesta de Cuerdas de la División Preparatoria de Temple University. Además, perteneció a la Bay Atlantic Symphony en la ciudad de Bridgeton, NJ.
En el año 1999 regreso a Puerto Rico para formar parte de la facultad del Método Suzuki del recién creado Programa de Educación Musical Preescolar del Conservatorio de Música de Puerto Rico. Al integrarse a la facultad, da un impulso extraordinario al desarrollo del programa e impacta la vida de cientos de niños y niñas con su singular carisma y visión educativa. En poco tiempo integra la facultad del Programa Especial de Cuerdas para Niños, y se convierte en Coordinadora Académica y miembro del Consejo de Facultad del Decanato de Programas Especiales, ahora Escuela Preparatoria. Como profesora del Conservatorio trabajó arduamente en el desarrollo de un programa de educación musical para principiantes instrumentista de cuerdas y en un innovador proyecto de educación musical para niños de edad preescolar – “Despertar Musical”. Aunque su pasión era enseñar a niños, entendía la necesidad de educar a los maestros, y desde 2001 laboró como profesora en varias instituciones universitarias del país, tales como la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Bayamón, el Conservatorio de Música de Puerto Rico y directora del Coro de Niños de la Academia Cristiana Candelaria, en donde desarrolló materiales de educación musical para niños y niñas en grados elementales.
Por más de diez años participó como miembro del Cuarteto Porta Coeli y organizó decenas de conciertos a través de toda la isla, muchos de ellos con el apoyo del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Desde el año 2001 formo un trío con el guitarrista Iván Rijos y el bajista Jorge Rodríguez, con el cual participó en innumerables presentaciones. Fue músico adicional de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico en el Grupo de Cámara Concerto, la Orquesta de Ex-alumnosde la Escuela Libre de Música de San Juan, la Orquesta Filarmónica Arturo Somohano, y la Orquesta de Cámara Padre Antonio Soler.
Gisela fue una mujer temerosa De Dios. Su compromiso y fe llevaron a asumir un importante rol en el trabajoso los niños y jóvenes De la Iglesia Discípulos de Cristo en Puerto Rico y a entregarse de lleno a la enseñanzas de Jesucristo. En el 2002, y como parte de su incesante búsqueda espiritual, comenzó estudios graduados en teología en el Seminario Evangélico de Puerto Rico.
Entre muchos proyectos para la comunidad en los que trabajó se encuentra el proyecto de “Suzuki en las escuelas públicas”, el cual inició en la Escuela Juan Ponce de León en Guaynabo, y el Proyecto de Campamento de Verano en el Residencial Covadonga. Durante toda su vida participó de proyectos misioneros en Costa Rica y Nicaragua y se destacó como guía de grupos comunitarios en Puerto Rico y el exterior. Participó del Congreso de Mujeres del Consejo Latinoamericano de Iglesias en Cuba en 1996 y de un viaje de buena voluntad a Perú en el 2001. Coordinó las capillas ecuménicas para el respaldo a la salida de la Marina de Vieques y visitó la Isla Nena en muchas ocasiones para ofrecer su música.
El Jueves Santo de año 2005, Gisela falleció desprevenidamente. Nos dejó una vida profesional extensa, reconocida y valorada. Pero sobre todo, una vida de servicio al prójimo y a la comunidad. Una vida que habló de respeto y fidelidad. Una vida de esperanza, entrega, de valor a la infancia y a la espontaneidad, Tocó en grandes escenarios y prefirió los espacios más humildes. Estuvo a la altura de virtuosos, pero prefirió siempre la compañía de los niños. Amparada en su fe, llegó hasta el final de sus días en una vida intensa y llena de amor.